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Terapia Colaborativa Harlene Anderson Pdf Download



528 TARRAGONA ración y participar en conversaciones dialógicas. Para lograr esto es necesario que el foco de atención sea lo que el cliente tiene que decir y que el terapeuta constantemente escuche, aprenda y trate de entender al cliente desde la perspectiva y el lenguaje de éste (Anderson, 2003). La terapia como investigación. Hay un interés por el conocimiento local, es decir por lo que el cliente sabe sobre su experiencia y su situación, más que por una teoría general que la explique. Juntos, el terapeuta y el cliente van generando conocimientos a través de una investigación compartida en la exploran juntos lo familiar y co-crean lo novedoso. Una parte muy importante de este proceso es que el cliente cuenta su historia y al hacerlo en este contexto de co-investigación, la clarifica, amplía y transforma (Anderson, 2003). El cliente es el experto. Como ya se ha mencionado, el terapeuta colaborativo considera que el cliente es el experto sobre su propia vida. Anderson (2003) dice que el cliente es el maestro del terapeuta. El terapeuta respeta la historia del cliente y toma en serio lo que éste tiene que decir y la manera en la que quiere expresarlo. La postura de no saber. La idea del cliente como experto/maestro se relaciona con una de las propuestas que han generado más controversia respecto a la terapia colaborativa: que el terapeuta debe trabajar desde una postura de no saber o not knowing. Anderson (2005) explica que esto no quiere decir que el terapeuta no sepa nada o no haga nada, que sea una pantalla en blanco o que no ofrezca opiniones. El no saber, según Anderson, se refiere a La actitud y la creencia de que el terapeuta no tiene acceso a información privilegiada, nunca puede entender totalmente a otra persona y siempre tiene que aprender más sobre lo que se ha dicho o no se ha dicho...No-saber quiere decir que el terapeuta es humilde respecto a lo que sabe...No-saber implica escuchar respetuosamente de manera activa y responsiva. El terapeuta escucha de forma que le demuestra al cliente que tiene algo que merece ser oído...estar abierto a la historia de la otra persona es central para el diálogo... (Anderson, 2005, p. 501) Esto se traduce en que el terapeuta deje que el cliente esté al centro del escenario, que sea él quien lleve la batuta sobre la historia que quiere contar y cómo quiere contarla. El terapeuta trata de seguir el paso y el ritmo de la narración del cliente y de mantener sus preguntas dentro de los parámetros de los problemas y soluciones descritos por el cliente (Anderson, 2003). Pensar en el cliente como experto no quiere decir que el terapeuta no sea experto en nada. Anderson dice que el terapeuta es experto en procesos conversacionales. Esto quiere decir que el terapeuta asume la responsabilidad de crear un espacio conversacional que invite al diálogo, a la exploración conjunta y a la colaboración al definir y disolver 5 los problemas (Anderson, 2003). 5 Anderson (1997) señala que a veces los problemas no se resuelven sino se disuelven al hablar de ellos e ir redefiniéndolos y generando nuevos significados.


Una breve introducción a las terapias posmodernas 529 La incertidumbre. Una parte del no-saber tiene que ver con la incertidumbre. Desde la perspectiva colaborativa, nunca podemos saber a priori a dónde nos va a llevar una conversación, dónde acabará una sesión. Esto se debe a que el lenguaje es generador. Al hablar juntos cliente y terapeuta, surgen ideas que probablemente ninguno de los dos tenía antes de su conversación. Anderson (2006) dice que a la luz de la visión posmoderna sobre el lenguaje, no podemos pensar en causalidad en las interacciones humanas. No podemos predecir que si el terapeuta dice o hace esto, el cliente dirá o hará aquello. Una implicación de esto, para Anderson (2003b) es que el terapeuta aborda cada consulta como una situación única, esto incluye lo que el cliente presenta y el posible resultado de la terapia. Desde esta postura, el terapeuta no provoca un cambio en el cliente, sino que ambos se van transformando a través de su interacción 6 . Anderson (2006) prefiere el término transformación al de cambio, porque cambio en la cultura psicoterapéutica muchas veces tiene una connotación de causalidad: una persona cambia a otra o alguien pasa de un estado a otro. Transformación, señala Anderson, nos remite a lo fluido y continuo del movimiento en nuestras vidas, mientras conserva al mismo tiempo un sentido de continuidad. Ser público como terapeuta. La apertura del terapeuta tiene también que ver con la idea de ser público. Anderson ha descrito cómo todos tenemos constantemente conversaciones externas (con otras personas) e internas (con nosotros mismos). Ser público como terapeuta quiere decir estar dispuesto a compartir la conversación interna en vez de mantenerla oculta o velada. El terapeuta comparte sus ideas para participar en la conversación, no para guiarla o dirigirla. Poner estas ideas sobre la mesa también puede prevenir que éstas sesguen la conversación, ya que lo que no se dice puede influir en la forma en la que el terapeuta hace preguntas o contribuye a la conversación (Anderson, 2004). La terapia como vida cotidiana. Por último, Anderson enfatiza que todos somos parte de muchos sistemas conversacionales y que la terapia es sólo uno de ellos. Lo que sucede en la terapia es muy similar a lo que pasa en nuestra vida cotidiana, en el sentido de que se utiliza un lenguaje coloquial, no profesional o técnico. Al discutir la Terapia Narrativa y la Terapia Centrada en Soluciones se presentaron ejemplos de preguntas que son características de estos modelos, como las preguntas externalizantes o la pregunta del milagro. Al hablar de Terapia Colaborativa es muy difícil dar un ejemplo de una pregunta suelta o un tipo de interrogatorio, pues como Anderson explica (1997, 2003b) se trata de preguntas conversacionales. Es decir, son preguntas muy parecidas a las que se dan en otras conversaciones cotidianas, cuyas respuestas requerirán de nuevas preguntas y que invitan a hablar sobre lo familiar o lo conocido de maneras diferentes y que pueden abrir posibilidades. Para ejemplificar la Terapia Colaborativa haría falta presentar la trascripción de un buen pedazo de la sesión, pues lo importante es el 6 Aunque las transformaciones que más nos interesan en la terapia son las del cliente, tanto Harlene Anderson como Michael White hablan de que las conversaciones con nuestros clientes también nos transportan y transforman a nosotros como terapeutas.




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